domingo, 7 de noviembre de 2010

Nunca el amante



Nunca el amante busca sin ser buscado por su amada.
Si la luz del amor ha penetrado en este corazón, sabe que también hay amor en aquel corazón.
Cuando el amor a Dios agita tu corazón, también Dios tiene amor para ti.
Sin la otra mano, ningún ruido de palmoteo sale de una mano.
La sabiduría Divina es destino y su decreto nos hace amarnos el uno al otro.
Por eso está ordenado que cada parte del mundo se una con su consorte.
El sabio dice: Cielo es hombre, y Tierra, mujer.
Cuando la Tierra no tiene calor, el Cielo se lo manda;
cuando pierde su frescor y su rocío, el Cielo se lo devuelve.
El Cielo hace su ronda, como un marido que trabaja por su mujer.
Y la Tierra se ocupa del gobierno de su casa: cuida de los nacimientos y amamanta lo que pare.
Mira a la Tierra y al Cielo, tienen inteligencia, pues hacen el trabajo de seres inteligentes.
Si esos dos no gustaran placer el uno del otro,¿ por qué habrían de andar juntos como novios ?
Sin la Tierra, ¿ despuntarían las flores, echarían flores los árboles? ¿Qué, entonces, producirían el calor y el agua del Cielo?
Asi como Dios puso el deseo en el hombre y en la mujer para que el mundo fuera preservado por su unión.
Así en cada parte de la existencia planteó el deseo de la otra parte.
Rumi.

2 comentarios:

José Manuel dijo...

A veces concebimos la dualidad como un error, pero los sabios nos recuerdan que, en su dominio, la existencia manifestada, es totalmente necesaria. El error es creer que uno de los dos polos puede existir, o es más importante que el otro.
Gracias querida anónima, qué grande es Rumi.
Un abrazo!

anonima dijo...

Hola amigo JM! que gran comentario!tienes toda la razón,aunque todo sea UNO ,en la manifestación somos diferentes ,pero necesarios,gracias a ti por tus valiosas aportaciones, y bueno Rumi es sencillamente genial,muchos abrazos por ahi!!